El Arte de Orar, Amar y Servir al estilo de Jesús - Entrega 3

Amigo, bien sabes que en la actualidad hay una fuerte crítica a la Iglesia Católica como religión y como institución. En otras épocas, como en el siglo XVI, el asunto fue más grave, nada menos que dos sismas, en menos de 15 años; el Protestantismo (1520) con Lutero y el Anglicanismo (1531), con Enrique VIII.

Dos personajes, Lutero y su Reforma e Ignacio de Loyola con la Contra Reforma liderada por los jesuitas, influirán de tal manera en Occidente, que para muchos historiadores, el cristianismo adquiere nuevos matices. Aparecen personalidades como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, San Felipe Nery, San Cayetano; Calvino y Zuinglio seguidores de Lutero.

Cuando aparecen estos cambios de cultura, surgen también, muchos movimientos espirituales que en general buscan nuevos caminos, algunos terminan en el fanatismo. Se quiere absolutizar la ESPIRITUALIDAD dejando a un lado la RELIGIÓN, olvidándose que son realidades que mutuamente se necesitan. Sin embargo, es cuando más se hace presente el Dios revelado en Jesús.

Circula en las redes sociales el siguiente texto:

• "La religión no es sólo una, hay cientos. La espiritualidad es una”.
• “La religión es para los que duermen. La espiritualidad es para los que están despiertos”.
• “La religión es para aquellos que necesitan que alguien les diga qué hacer y quieren ser guiados”. “La espiritualidad es para aquellos que prestan atención a su voz interior”.
•  “La religión tiene un conjunto de reglas dogmáticas”. “La espiritualidad invita a razonar, sobre todo a cuestionar todo”.
• “La religión amenaza y asusta. La espiritualidad da paz interior”.
• “La religión habla de pecado y culpa. La espiritualidad dice, aprender del error".
• “La religión reprime todo, en algunos casos es falsa”. La espiritualidad es Divina, sin reglas”.
• “La religión es la causa de las divisiones. La espiritualidad es la causa de la Unión”.
• “La religión se alimenta del miedo”. La espiritualidad busca lo sagrado en todos los libros”.
• “La religión se alimenta del ego. La espiritualidad tiene que ver con el ser”.
• “La religión nos hace renunciar al mundo. La espiritualidad nos hace trascender”.
• “La religión es el culto”. La espiritualidad nos hace vivir en Dios”.
• “La religión promete después de la muerte. La espiritualidad es encontrar a Dios en nuestro interior durante toda la vida y nos hace conscientes de la vida eterna”.

Y concluyen diciendo: "No somos seres humanos que pasan por una experiencia espiritual. Somos seres espirituales que pasan por una experiencia humana”.

El P. Gerardo Remolina, S.J., en su libro “Los Fundamentos de una “Ilusión”. ¿Dios y religión, ilusión o realidad?”, equilibra las anteriores afirmaciones. Espiritualidad y religión son realidades que mutuamente se necesitan. Entre muchas cosas dice, “Buscando la respuesta a los grandes enigmas de la vida, el ser humano descubrió la realidad de Dios y creó las religiones como forma de comunicarse con Él y expresarle su devoción, amor y gratitud”.

“Estas religiones que la humanidad creó acabaron por institucionalizarse, porque el ser humano -como ser social- necesita dar solidez y continuidad a sus grandes experiencias y valores a través de sus instituciones. Pero, al hacerlo, a veces las religiones (diríamos como la política), se han convertido por error humano, en grandes estructuras de poder, ajenas a la profundidad espiritual que les había permitido encontrar y reconocer la realidad de Dios”.

“Vivida de manera inauténtica y rutinaria, la religión ciertamente adormece; pero vivida en profundidad, mantiene al ser humano en continuo dinamismo, alerta y vigilante. La espiritualidad será, entonces, una ayuda poderosa para vivir auténticamente la religiosidad” (Cf. p. 291, 292).

Entonces, estamos llamados a oxigenar y a actualizar la religión con una verdadera espiritualidad.

1. Espiritualidad “Es el arte de salir de sí mismo en bien de los demás, así como lo hace el Dios revelado en la Biblia que nos crea habitando en nosotros. Solo lo podemos saber por experiencia” (Gustavo Baena, S.J.)
2. La espiritualidad “Tiene que ver con experiencia, no con doctrina, ni con dogmas, ni con ritos, ni con celebraciones, que no son más que caminos institucionales que pueden servirnos de ayuda en nuestra espiritualidad, pero que son posteriores a esta”. (Leonardo Boff).
3. “Espiritualidad es estar despierto… Es haber hallado una mina de diamantes dentro de usted. La religión se destina a guiarlo hacia eso”. “Una cobija que deja de dar calor, deja de ser cobija”. Tony de Mello, S.J.
4. «La espiritualidad es el vino. Las religiones son las copas. Las creencias, son el origen de cada vino. Y la mística es beber el vino hasta embriagarse” (Melloni, S.J.). “El cristiano del siglo XXI, o es místico, o no será cristiano” (Rahner, S.J.).
5. «Es la capacidad del ser humano de transformar sus odios en amores» (P. A. Angulo S.J.).

“Es un conjunto de fuerzas motrices que llevan simultáneamente a Dios y a los hombres. Es la participación en la misión del enviado del Padre en el Espíritu, mediante el servicio siempre en superación, por amor, con todas las variantes de la cruz, a imitación y en seguimiento a ese Jesús que quiere reconducir a todos los hombres y toda la creación a la gloria del Padre”. (Inspiración Trinitaria del carisma ignaciano, Pedro Arrupe, S.J. No. 79).

La Espiritualidad Ignaciana nació en momentos de grandes crisis. Los estudiosos afirman que el cristianismo de Occidente, cambió radicalmente después de Lutero y de Ignacio de Loyola. El primero, juntamente con Calvino, promovió la Reforma y los jesuitas la Contra Reforma.

Bienvenidas sean las crisis. “Aquello que está flojo, que se caiga”. Precisamente la Espiritualidad Ignaciana es propia para esos momentos no solo a nivel individual, sino también social y religioso.

Te sugiero que al finalizar la lectura del tema anotes las ideas y los sentimientos que te han surgido durante la misma, y conclusiones que te han quedado claras.

Si quieres continuar en tu proceso, la próxima entrega clarificará cuál es la imagen que presenta la Biblia de Dios y para ello hay que abordar la persona de Jesús. Afirmó: “Quien me ve a mí, ve al Padre” (Juan 14,9).

P. Julio Jiménez, S.J.

Promotor de la Espiritualidad Ignaciana 

CIRE- Bucaramanga

Importante:

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