Con un saludo navideño, te recuerdo que hay tres cosas que no tienen retorno: "La palabra dicha, la flecha lanzada y la oportunidad perdida".
El Señor, te da la oportunidad de celebrar esta Navidad en el contexto del "re-nacer de nuevo" como hizo el inquieto Nicodemo quien cronológicamente era un adulto ilustrado de la época, pertenecía al Sanedrín (Cf. Juan 3,1-8) y quería conocer a Jesús; creyó en él y después de morir su amigo en la cruz, lo enterró dignamente (Cf. Juan 19,39).
Tienes la oportunidad, como Nicodemo, de acercarte al pesebre y contemplar una de las máximas características del Dios revelado en Jesús, la sencillez; valor indispensable para experimentar el misterio del amor verdadero para el cual estás diseñado y así ser plenamente feliz en el contexto de las bienaventuranzas.
Además de rezar durante la novena y ver el pesebre que ha hecho tu familia o tus amigos, puedes contemplar, en silencio, el "Pesebre" de tu corazón, con el fin de limpiarlo y ordenarlo de acuerdo a tus principios y valores éticos. Tendrás mucha paz interior. Si quieres contempla el "Pesebre Eucarístico", en el cual se da un proceso de transformación de lo vulnerable y pasajero (pan-vino) en lo eterno, Cristo; lo material, en espiritual; lo egocéntrico, en verdadero amor.
Te recomiendo que mires este video navideño, y continúes con tu proceso en la Espiritualidad Ignaciana.
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