Invocacion a la Santísima Trinidad

Icono de la Santísima Trinidad del monje André Rublëv (1425) modelo de la iconografía trinitaria del arte bizantino.

 

La Trinidad como imagen de Dios uno y trino es el símbolo de la unidad en la diversidad; expresa la autonomía de cada persona y el valor comunitario.

 

Están unidas en el amor que hace posible su acción salvadora y liberadora. La Trinidad, en cuanto comunión solidaria en la acción continua de Dios, es la norma de toda existencia humana, es el criterio de la Verdad revelada por Jesucristo.

 

El ícono tiene innumerables significados, entre ellos los tres personajes que representan la experiencia de Abraham con su Dios, quien se le comunica por medio de tres peregrinos celestes quienes le hacen la promesa  de ser papá. Como eran viejos, Sara, su esposa, no creyó y se rió. Al año siguiente, estaba embarazada. A  su  hijo lo llamaron Isaac, que significa “el hijo de la risa” (Cf. Génesis 18).

En el arte bizantino son significativos otros detalles como las miradas, las manos, los colores y los objetos como la casa-templo, el árbol y la mesa eucarística, entre otros. 

INVOCACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

“OH Trinidad Santísima! Misterio Fontal (fuente), origen de todo. ¿Quién te ha visto para que pueda describirte? ¿Quién puede engrandecerte tal como eres?

 

Te siento tan sublime, tan lejos de mí; misterio tan profundo que me hace exclamar del fondo de mi corazón: Santo, Santo, Santo...

 

Cuanto más siento tu grandeza inaccesible, siento más mi pequeñez y mi nada. Pero al ahondar más y más en el abismo de esa nada, te encuentro en el fondo de mi ser “más íntima que mi misma intimidad”, amándome, creándome para que no me reduzca a la nada, trabajando por mí, para mí, conmigo en una comunión misteriosa de amor.

 

Puesto delante de Ti, me atrevo a elevar mi plegaria, a pedir Sabiduría aunque sabiendo que el vértice del conocimiento de Ti por parte del hombre es saber que no sabe nada de Ti. Pero sé también que esa oscuridad está llena de la luz del misterio, que ignoro. Dame esa Sabiduría misteriosa, escondida, destinada desde antes de los siglos para gloria nuestra (...).

 

Te pido algo de aquella luz insólita, extraordinaria, eximia, de la intimidad Trinitaria para poder comprender el carisma de Ignacio, para poder aceptarlo y vivirlo (…).

 

Dame, Señor, que yo comience a ver con otros ojos todas las cosas, a discernir y probar los espíritus que me permitan leer los signos de los tiempos, a gustar de tus cosas y saber comunicarlas a los demás. Dame aquella claridad de entendimiento que diste a Ignacio (...).

 

Que sea para mí tu iluminación como fue la zarza ardiente para Moisés o la luz de Damasco para Pablo; el Cardoner y la Storta para Ignacio. Es decir, el llamamiento a emprender el camino que será oscuro pero que se irá abriendo ante nosotros como le sucedió a Ignacio, según lo iba recorriendo (...).

 

Termino con la oración de Ignacio: Padre Eterno, confírmame; Hijo Eterno, confírmame; Espíritu Santo, confírmame. Santa Trinidad, confírmame; un solo Dios mío, confírmame.

 

Apartes de una  oración del P. Pedro Arrupe, S.J.


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Comentarios: 1
  • #1

    Ana Jimenez Hernandez (martes, 27 abril 2021 12:18)

    Amo vivir de la mano de nuestro señor y me encanta aprender cada día más de él. Gracias